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Diario de un Gilipollas Egocéntrico

EL GORRÓN

Quiero compartir con todos ustedes el arte de ser un gorrón, cosa nada fácil pero que puedo asegurar que con un poco de práctica puede ser una virtud de lo más interesante y sobre todo rentable para la persona que la practica.
A mi jefe le gusta tomar café por las tarde, pero como a casi todos los hombres no le gusta ir al bar solo, así que nos pide a mi compañero Carlos y a mí que lo acompañemos a tomar algo y gracias a mi sutilidad y gran manejo del escaqueo, siempre pagan Carlos y mi jefe.
Lo primero que hago es pedir mi café con leche fria para que así tarde menos en tomarlo y a continuación comienzan una serie de estrategias que aplico dependiendo los días, ya que no siempre es conveniente usar la misma porque te ven el plumero rápido.
La estrategia del meón: tras tomar el café rápidamente digo: ¡hay que me estoy orinando y no puedo más!, evidentemente tengo que quedarme unos minutos en el baño hasta que calculo que ya han terminado y pagado, que es lo fundamental en este caso, cuando salgo digo: bueno que hoy pago yo, pediros otra cosita.
La estrategia del trabajo: tras tomar el café de un trago, me limpio rápidamente las gotas que te chorrean por la barbilla y digo: bueno, que tengo mucho trabajo pendiente y hoy no puedo entretenerme mucho,me marcho y mañana pago yo, ¿vale?.
La estrategia del despistado: espero a que todos se tomen su café y dejo que pague Carlos o mi jefe y cuando ya lo han hecho digo: camarero, ¿cuanto es?, y cuando me dicen que ya han pagado digo muy serio he indignado, tios dejad que pague de vez en cuando, para hacer la técnica más creible aún.
La estrategia del olvido de la cartera: me tomo el cafe advirtiendo desde un principio que esta vez pago yo y cuando llega la hora de pagar me hecho mano al bolsillo y digo, ¡Maldición, he olvidado la cartera en el coche!, Carlos paga tú y mañana me toca a mí.
Y así un montón de estrategias que de forma sutil y audaz aplico diariamente para tomar el café siempre de gorra. Claro está que esta técnica se puede aplicar a cualquier otro momento como un almuerzo de trabajo, una cena romántica con una chica, etc..
También he de decir que últimamente noto un poco reacios a llamarme a la hora del café, y casi que Carlos y mi Jefe salen de manera clandestina pero y salto como un león a su presa de manera que casi no se me ven los pies ya que un cafe gratis sabe mucho mejor y merece una carrerilla de vez en cuando, ¿quizás deba pagar alguna vez?, evidentemente ¡no!

1 comentario

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como se puede ser tan ruin y patetico, dan ganas de vomitar con tu rutina diaria. Podrias hacer un favor al mundo y suicidarte.