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Diario de un Gilipollas Egocéntrico

EL BAUTIZO DE PACOZE

Quiero compartir con todos vosotros mis recuerdos más tiernos, más emocionantes y más significativos. De esa manera podreis comprender mejor como un niño puro e inocente llega a convertirse en una persona maravillosa y perfecta.

Comenzaré por mi bautizo, ese acto lleno de significado, gracias al cual he llegado a ser el mejor cristiano de toda la comunidad, debido en parte a que los valores que me inculcaron mis padres hicieron de mí la divinidad y perfección encarnada en la tierra.
Me impusieron el nombre cristiano, apostólico y romano de PACOZE, nombre del cual estoy profundamente orgulloso ya que soy la novena generación de Pacozes de mi familia, mi padre se llamaba Pacoze, mi abueno se llamaba Pacoze, mi madre se llama Pacoze, etc....
Mi padre quería bautizarme con el traje típico de la familia, el mismo con el que lo habian hecho él y las generaciones anteriores, un traje de gondolero veneciano monísimo.
Pero mi madre que tiene mucho caracter se empeñó, debido a que tenía mucha ilusión, en disfrazarme con un precioso traje de torero (montera incluida) color rosa, el cual estaba provisto de capote que hacía la veces de toquilla para taparme.
El acontecimiento fué de lo más emotivo, cuando mi abuela me vió, rompió a llorar como una magdalena, de tal manera que a mis titas se les contagió la emoción empezaron a también a llorar, todos lloraban, todos excepto el cura, (Don Raimundo) que al verme no pudo evitar soltar una sonora carcajada, eso sí luego se esmeró en explicarles a mis padres que la risa fué debida a que le llegó a la mente un recuerdo de su niñez en el cual sus padres lo vistieron de torero para el carnaval. Ciertamente es para reirse porque disfrazarse de torero en carnaval es de lo más vulgar como se pueden imaginar.
La ceremonia entre risas y lloros no necesitó de coral ni de música celestial, había en el ambiente un constante murmullo que fué fulminantemente callado por unos segundos cuando nuestro querido padre Raimundo dijo: yo te bautizo con el nombre de PACOZE.
En ese mismo instante los aplausos no dejaron de sonar como signo de aprobación y a coro de torero, torero me sacaron en hombros de la iglesia por la puerta grande.
Y ese fué el triunfal día de mi bautizo.

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