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Diario de un Gilipollas Egocéntrico

MANUELA: MI AMOR PERDIDO

El día que cumpli dieciseis años marco grandes pautas en mi vida.
Yo que siempre habia sido algo prudente con claros tonos de timidez, sucedió algo que me hizo cambiar para siempre.
Mi mamá, quiso sorprenderme ese día y organizó una fiesta de cumpleaños sorpresa, a la misma estaban invitados todos los compañeros de clase que tenía en ese momento, todos chusma y gente a la cual yo no les caía especialmente simpático, todos excepto Manuela.
Manuela era una chica de padres adinerados, hija única y de buen comer a la que la gente no le hacía demasiada gracia por su exceso de peso. La mujer ideal para mí, ya que el hecho de que fuera un poco rellenita a mí no importaba demasiado, a mí lle motivan otros valores como la cuenta corriente, sus propiedades inscritas el el registro de la propiedad, su cartera da valores o cosillas por el estilo.
La cuestión es que esa tarde decidí dar el todo por el todo y declarar mi interés hacia Manuela, romper mi timidez y decirle que me gustaría ser su media naranja.
A la mencionada fiesta asistieron la mayoría de chicos y chicas de mi clase con la única intención de comer y beber de gorra, aunque al parecer también influyo algo un pequeño incentivo económico que les dió mi madre. El resto tan solo asistió por verse con el resto de los compañeros y reirse de mi persona en mi propia casa. Pero nada de eso me importaba ya que mi Manuela asistiría y sería la ocasión ideal para conquistarla.
Para la ocasión me puse mi traje nuevo de cuero amarillo con tachuelas en la cremallera del pantalón, puese mi disco favorito de joselito y me acerqué a Manuela contoneando mi lustrosa figura cuando a mitad del camino una de las tachuelas se enredó con mi precioso bello púbico produciendome un dolor indescriptible y obligándome a tirarme al suelo lamentando mi desgracia. El dolor me produjo un desmallo del cual desperte cuando la abuela del quinto piso, con su zancadeante dentadura postiza y con una aguda alitosis en pleno apogeo me realizaba un boca a boca. El grito de repulsión de mis compañeros sonó tres manzanas más lejos, cosa que ciertamente no me importó demasiado, incluso Manuela se burló de mí, con lo cual terminó en ese momento la fiesta y mis esperanzas de conquistar el corazón y el bolsillo de Manuela.

2 comentarios

dani -

enserio ke te gusta joselito¿
si a mi me llaman maricon x escuchar amaral y la oreja de van gogh no me imagino lo k te dirian a ti. lo del "bello pubico" es buenisimo xD

Manuela -

Qué Manuelas más malas hay, por dios.