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Diario de un Gilipollas Egocéntrico

UNA PEQUEÑA TRAVESURA (3ª parte)

Otro de los sabios consejos de mi mamá era el de que nunca dejes que otro se lleve la gloria de algo que tú hayas hecho con éxito.
Pues bién el incidente de los bichos hizo parecer a Simón y Miguel como unos auténticos héroes a los ojos de mis compañeros, los chicos más rebeldes de clase, los más ingeniosos, y ellos se jactaban de serlo, e incluso organizaban reuniones en los pasillos de clase para contar como se les ocurrió la idea y cómo la llevaron a cabo.
Las chicas se morian por estar con ellos, y para los chicos eran dioses, lo que ellos decian, se hacia sin preguntar. Los convertí en autenticos líderes.
Es por lo que decidí hacer saber a todo el mundo que la mente y autor de hecho no habia sido nadie sino yo, que yo solito me las apañé para hacer la jugarreta a la profesora y hacer que parecieran culpables Simón y Miguel.
Así que un día durante la clase de lengua española me levanté de mi silla y pedí atención para hablar al resto de la clase. La cosa no fué nada fácil ya que no era un chico muy popular entre mis compañeros, pero como los profesores me adoraban por ser el más listo, el más guapo, "el más pelota", exigieron silencio para que mi preciosa boquita puediera expresarse líbremente.
Cuando confesé mi culpa nadie me creyó, los profesores se lo tomaron como de forma que pensaron que me habian obligadolos ídolos de la clase a decirlo para salvarles el cuello con lo que consegui que los chicos de clase adorasen aún más a Simón y Miguel, y los chicos de clase simplemente se rieron de mí ya que me veian incapaz de algo así, y encima me llamaron cobardica por haberme culpado por los otros dos.
La cuestión es que jamás obtuve el reconocimiento que merecia y eso me enseñó a que hay que ser consecuente con las cosas que se hacen o se dicen tanto para lo bueno como para lo malo, aunque y sigo atajando los consejos de mamá al pié de la letra.

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